jueves, 19 de agosto de 2010

Cocktail de minicuentos

La noche de los tecolotes cantores
Macabros hallazgos por toda la ciudad. Millares de indios muertos en calles y banquetas.

Lectores furiosos
Se tiraron diez mil ejemplares, y no era un suceso editorial.

Depravado plagiario
Violó tantas veces a la norma literaria… Afortunadamente lo encarcelaron por abuso textual.

Edipo jadeante en el tálamo nupcial
— ¡Ay ‘amá!… ¡ay ‘amá!…

La mano peluda
…Y las evocaciones eróticas extintas. Pobre bato mutante.

Consagrado
Profusa explicación sobre por qué los testículos debieran llamarse tentáculos…Sin duda, su obra cumbre. Ahora hasta camina distinto. Se sabe todo un excretor, y de los glandes.

El dinosaurio violín y codo
Cuando despertó sólo encontró un billete de veinte.

Indigestión masiva en velorio de novel petrolero
Un asistente al funeral de Juan Comodoro declara: “Es que tuvimos que tragarnos el café cual vil pinole…”

Consigna fatal: escribir un mini cuento
…Y murió de tristeza al sentirse enjuiciado mini escritor.

A posteriori
Durante el noviazgo, él siempre la creyó un ángel caído del cielo. El matrimonio lo llevó a concluir que los ángeles no se caen: son expulsados.

Bovinos
Desde que ella decidió implantarse las ubres, él siempre trae bien puestos los cuernos.

Mini ficción
La bacteria reencontró a su prima lejana en un estornudo. Filosofando en medio de un mar de mocos, asumieron que el mundo es un pañuelo.


Moisés Aguayo. Espiga de papel No. 9 México, 2010

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